Mil razones en mi vestidor: Cuando anochece en el mar...

jueves, 23 de julio de 2015

Cuando anochece en el mar...

¡Buenos días! Ante el temor de quedarme sin wifi, que en la civilización es un verdadero agobio para quien dependemos las 24 horas de la tecnología, he de decir que milagrosamente aún me quedan megas que gastar. La explicación es sencilla. Desconexión. Pero como os prometí los martes y los jueves aparezco en forma de señales de vida para darle eso mismo a esto.

Hablando de tecnología el otro día después de hacerme estas fotos, que por lo que podéis ver merece mucho más la pena el paisaje, lo digo porque en invierno ya habrá suficiente asfalto, un amigo de la familia me hizo una pregunta que me sorprendió ¿Jara, tú sabrías enseñarme a mandar fotos, no? Le miré incrédula... ¿Pero por whatsapp? Yo te enseño en medio segundo, a él le hizo falta menos, reflexioné y me pregunté sí realmente hice bien. Mandar una foto no tiene absolutamente nada de malo eso todos lo sabemos. Pero quiso saber más. Y Twitter ¿cómo funciona? Mi cabeza sólo pensaba... Pero cómo vive sin redes sociales. En seguida pensé... En la gloria. No, no te lo voy a explicar. Ajá eso es que no quieres que vea lo que publicas. Error. Es la típica respuesta de padre que no sabe dónde se mete si le empiezo a explicar las aventuras del mundo 2.0. Todos te suelen decir, a mí déjame tranquilo ¡y qué razón! Cuánta tranquilidad sin redes.

Evidentemente tienen cosas buenísimas... A mi me ha abierto un montón de puertas laboralmente pero otras... que cada uno saque sus conclusiones... Estas son mis reflexiones de verano. Banales... Porque para eso están las vacaciones... Para sentir y vivir... Sin más. No me quiero despedir sin dar las gracias por los comentarios tan cariñosos que he recibido contándome vuestras experiencias del post pasado... Mil besos en el corazón, el martes nos leemos de nuevo.