Mil razones en mi vestidor: Recuerdos

¡Buenos días! ¿Cómo estáis? Os iba a decir que en el ecuador de la semana pero en pleno Agosto a más de uno igual le chafo el día. Porque mira que se está bien cuando las horas se pasan sin horarios ni relojes. Esos momentos en los que tú decides qué hacer y disfrutar sin límites. Os he hablado muchas veces y en especial en esta época, que cuando estás con la maleta en la mano un día sí y otro también, la ropa hay que tenerla perfectamente organizada. Sobre todo para que no tengamos que repetir muchas veces eso de "al final no me he traído casi nada". Porque cuando se está fuera de casa siempre te da la sensación de que algo te has dejado.

Estos días tengo la suerte de estar en la casa que desde que tengo uso de razón más he sentido como mía. Porque es la de mis recuerdos y la que desde pequeña me ha llevado al norte en todos los sentidos. El problema de la ropa comprenderéis que se soluciona entonces por momentos. Todo lo que voy descartando, lo voy enviando y llenando de "por si acasos". La conclusión final es que nunca sabes lo importante que son las cosas hasta que llega tu madre y te dice "lo quieres o lo tiro" entonces toda la ropa parece cobrar sentido y siempre ves una razón para guardarla. Ya lo dice el blog... "Mil Razones en mi Vestidor". Todo esto viene porque mi maleta se ha declarado en huelga y mi mente ya no sabe bien como aliar la ropa que metí en ella. Así que he abierto el vestidor, lo he tirado abajo y yo me he venido arriba. ¡Mil conjuntos! Y si hablamos de recuerdos bonitos de esos también forman parte mis vecinos, que ahora me dejan su precioso jardín para estas fotos. Podré vivir en mil sitios pero ellos siempre serán los de siempre. Me llevaban al cole en Seiscientos ¡Quién no recuerda eso! Me volvía loca... Hoy llevo camisola de Begur Shop, jeans blancos y sandalias de Zara, cartera de Loewe, gafas Ray Ban y sombrero H&M. Mil besos, mañana más.