Mil razones en mi vestidor: Bye, Bye Lluvia

¡Buenos días! Aunque ayer no eran tan buenos... menudo chaparrón cayó. Pero yo lo vi perfecto para calzarme las botas de agua y es que este año éstas concretamente las he sacado bien poco. Me encanta ponerlas, las veo súper prácticas, cómodas y muy desenfadadas, es como cuando vas en Converse y te sientes un pelín más libre. Sobre todo para las que llevamos día si día no unos centímetros de más y es que yo en zapatillas no me suelo ver para nada.

Me siento rarísima pero os he de decir que cada vez tiro más de ellas. Me suelo cruzar Madrid de punta a punta de evento en evento, press day, presentación, inauguración y saraos varios así que no sé si os lo he contado alguna vez pero el maletero de mi coche parece la mejor fábrica de zapatos de Alicante. No cabe ni uno más, cuando lo abro es una especie de mercadillo que el que me espera para aparcar y lo ve, tengo la sensación de que me va a decir ¡cuánto pides por esos! Una locura que me salva cuando todo ha terminado. Como digo yo ese momento de quitarte el tacón, llegar a casa, plantarte las zapatillas y tomarte una coca cola... es gloria bendita.

Pero volvamos al post y a las botas de agua. Estoy segura que es la última vez que me las pongo hasta la temporada que viene. Por dos cosas porque espero que suban ya las temperaturas y porque no me da la gana volverlas a sacar. Tengo ganas de sandalias, de cuñas, de mis botines primaverales... Como veréis las he combinado con un vestido de rayas que es de lo más primaveral, es de H&M y es de manga larga pero súper agradable. Arriba no sé si se aprecia pero lleva unos botones marineros en dorado que le dan el toque más especial. El abrigo ya me lo habéis visto más veces es de Zara y el bolso de Carolina Herrera. Ese rojo tan bonito de Carolina que me apasiona. Por hoy me despido ya sin dejar de felicitar a todos los Jorges y que os regalen una rosa o un libro en este día tan especial ¡Sant Jordi! Mil besos en el corazón, mañana más.