Mil razones en mi vestidor: Alma en calma

¡Buenos días! Aquí me tenéis pese al puente. Como ya os dije el viernes "Mil Razones en mi Vestidor" no entiende de fiesta pero su dueña quizás un poco más. Estoy perdida en la montaña buscando un rayito de wifi entre tanta chimenea y si estáis leyendo este post es que he tenido buena suerte y la tecnología se ha puesto de mi parte. Eso sí, que las fotos aparezcan en el tamaño de siempre eso ya es pedir a lo loco. Con un ordenador que se mimetiza con el paisaje no podía hacer mucho más así que disculpadme. Unos días así sientan en la gloria y es que de verdad necesito esta desconexión para poder crear e inspirarme en todo lo que viene a mi vuelta a Madrid. Respirar aire puro, sentir como el frío te golpea en la cara y es la caricia mejor del mundo, reírte hasta de tu propia sombra y ver la claridad de la nieve.

Que bien se está cuando se está bien. Frase tópica donde las haya y una de las más verdaderas. Este es uno de los sitios en los que más disfruto porque es donde de verdad me pierdo entre la gente. Donde el reloj no existe y puedo comer a unos niveles exagerados. Porque tengo tiempo para mí, para hacer los postres más dulces del mundo o simplemente escuchar música a todo volumen mientras por la ventana diviso laderas llenas de nieve. Estoy hablando del pirineo Oscense. No hay sitio mejor en invierno para desconectar. Me encanta ir hasta la frontera con Francia y dejarme sorprender por tremendas paredes de nieve que parecen nubes de algodón. O ver animales que sortean el temporal teniendo preferencia en la carretera. Todo es diferente aquí. Cuando tenga que volver a mi Madrid y ver que Carmena me deja circular en días impares... voy a querer ser animal una temporada.

Os dejo con el look de hoy y os tengo que decir que la capa-bufanda-poncho que llevo ha sido una compra maravillosa. Se la he comprado a un montón de amigas que cumplen años por estas fechas. Es súper abrigadita, me pareció con los colores perfectos para que te combine con un montón de cosas y es muy versátil. Yo que suelo ir con esos tonos no lo dudé. Es de Stradivarius al igual que las zapatillas. No soy para nada de este calzado ya me conocéis y pensé que las iba a llevar poco por lo que decidí invertir en estas que no son muy caras. Pues bien... no me las quito. Llevan detrás un ribete en negro con una línea en dorado que les da un toque muy cool. El pantalón de cuero es de Zara, la camiseta de Balmain, el abrigo de Mango y el bolso de Loewe. Mil besos en el corazón, mañana más.